Cada escrito que en clase creamos, tiene un alma. El alma del alumn@ que lo ideó, pensó y escribió y de aquellos que lo leyeron, disfrutaron, sonrieron y soñaron con él. Cada vez que alguien fija su mirada en esas páginas, su espíritu crece y se fortalece»
Fuente de inspiración:
La sombra del viento, Carlos Ruiz Safón.